Pieles atípicas y cómo cuidarlas desde la alimentación y la cosmética

Sabemos que no hay dos pieles iguales, y eso es lo que hace que cada una sea única y hermosa a su manera. Si has navegado por las aguas de la piel atípica, sensible o propensa a reacciones, ¡has llegado al lugar adecuado! Vamos a explorar cómo nutrir y mimar tu piel desde adentro hacia afuera, fusionando la magia de la alimentación con el encanto de la cosmética natural.

La belleza real es más que una capa superficial; es el resultado de nutrir tu cuerpo, mente y alma.

RELACIÓN ENTRE LA PIEL Y LA NUTRICIÓN

En el espacio intermedio entre la piel y la nutrición se encuentra el intestino, un hábitat que alberga una microbiota diversa y diferenciada. Esta microbiota del sistema digestivo guarda una estrecha relación con la respuesta del sistema inmune, encargado de regular los procesos inflamatorios. Cuando esta inflamación se prolonga y se vuelve crónica, puede dar lugar a diversas enfermedades, incluyendo trastornos cutáneos. Además, esta inflamación puede influir en la dermobiota, provocando cambios en la microbiota de la piel.

Condiciones como rosácea, psoriasis y dermatitis, todas caracterizadas por la terminación «itis», indican un proceso inflamatorio en la piel. Aunque el término «dermatitis» puede sonar abstracto, suele referirse a una reacción de la piel ante una sustancia con la que ha entrado en contacto. La piel cuenta con su propio sistema inmunológico, y cuando se expone a alérgenos, puede reaccionar.

Sin embargo, cuando esta respuesta se manifiesta constantemente a través de afecciones como dermatitis, rosácea, psoriasis o acné, estamos frente a un problema cutáneo que requiere explorar su causa. Tal vez sin percatarnos, algo que consumimos está generando respuestas en nuestra piel.

Nuestra piel refleja lo que sucede en nuestros intestinos y también responde a lo que aplicamos externamente.

PAUTAS BÁSICAS DE ALIMENTACIÓN PARA TRATAR LA DERMATITIS

La dermatitis atópica y su relación con los alimentos - Fundación ...

Voy a comenzar destacando lo que debemos evitar en nuestra dieta, ya que en la actualidad estamos expuestos a muchas sustancias que nunca formaron parte de nuestra alimentación. Todo lo que desencadene un proceso inflamatorio en tu cuerpo terminará afectando tu piel.

Es cierto que existe un componente genético en este contexto, hay personas que no expresan nada a través de la piel, pero eso no significa que seamos inmunes; simplemente implica que nuestra tendencia es expresar esos procesos en otros sistemas del cuerpo. La clave aquí radica en eliminar todo aquello a lo que nuestro sistema inmunológico reacciona. Esto incluye productos lácteos, exceso de cereales, especialmente trigo procesado y no fermentado adecuadamente, así como todo lo que sabemos que no nos beneficia: alimentos ultraprocesados, harinas, azúcares, aceites procesados, bollería y productos industriales. Incluso los aditivos, como conservantes, pueden desencadenar procesos en la piel.

Por lo general, observamos en pacientes con pieles atópicas que al retirar estos elementos de la dieta suele llevar a mejoras significativas. Sin embargo, también es crucial reabastecer el cuerpo con componentes inmunomoduladores, como el omega-3 presente en pescado azul de buena calidad, preferiblemente sin freír. Se sabe que el omega-3 potencia el sistema inmunológico y desempeña un papel vital en la reducción de la inflamación, siendo uno de los nutrientes más utilizados para abordar problemas cutáneos.

¡No subestimemos el poder del sol en un plato!

La vitamina D no solo es clave para un bronceado saludable, ¡sino también para tu piel en general! Se ha descubierto que niveles de vitamina D por debajo de 30 desencadenan una pequeña tormenta inflamatoria en el cuerpo. Especialmente, enfermedades cutáneas como la psoriasis, la cual es un rebelde autoinmune, tiende a portarse mejor cuando tus niveles de vitamina D bailan entre 50 y 70. Así que, es importante regular esa vitamina D con huevos, proteínas y grasas de calidad, ¡y si es necesario, con un suplementito!

En el menú antiinflamatorio, es momento de darle suprimir alimentos que no nos caen bien y dar la bienvenida a los antiinflamatorios y muchos antioxidantes.  

¡Vamos por las uvas, granadas, y en general frutas y verduras!

SUPLEMENTACIÓN

Hoy en día, alcanzar los niveles adecuados de ciertos nutrientes es muy difícil. Más del 85% de nosotros tiene déficit de vitamina D. Y si estás lidiando con enfermedades inflamatorias o problemas cutáneos, bueno, es prácticamente evidente. Pero, de todos modos podemos medirlo en una analítica y, si la vitamina D está por debajo de 30, ¡la suplementación es necesaria!

¿Y qué pasa con nuestro querido omega 3? Bueno, parece que no estamos consumiendo suficiente pescado para darle a nuestro cuerpo todos los ácidos grasos que necesita. Así que, en general también suele ser necesaria la suplementación. Este suplemento es como un amigo fiel que puedes llevar contigo a largo plazo.

No olvidemos al magnesio, el compañero de la vitamina D y el impulso de energía que todos necesitamos. Pero, un consejo, la suplementación es como ese ingrediente especial en una receta: solo funciona si también le das amor a tu alimentación.

Los suplementos no hacen magia, ¡necesitan que se acompañen con una buena alimentación!

Y hablando de compañía, la microbiota también influye en la salud de la piel. Algunas cepas probióticas, como los lactobacillus rhamnosus, han demostrado que favorecen la mejora de pieles sensibles. Por eso es importante cuidar a nuestra microbiota, a veces no hace falta tomar probióticos, simplemente con unos cambios de hábitos y alimentación, la microbiota mejora mucho.

La microbiota es como una planta de interior. Dale amor, comida buena y atención, ¡y verás cómo florece!

PACIENCIA: UN VIAJE TRANQUILO EN UN MUNDO IMPACIENTE

¡Deja que la luz interior ilumine la luminosidad de tu piel!

¡Calma! En la actualidad, nos enfrentamos a una pandemia de procesos inflamatorios crónicos que están en marcha. Los problemas autoinmunes y las enfermedades crónicas están en aumento, y aunque deseamos mejoras instantáneas, la salud y la inflamación no reflejan solo el último mes de nuestra vida. Son el resultado de lo que hemos estado haciendo durante un tiempo, manifestándose en una serie de síntomas.

Lo mismo ocurre con los tóxicos. Por eso, es crucial cuidar lo que aplicamos en nuestra piel, lo que comemos y el agua con la que cocinamos. Aunque no cause un impacto inmediato en nuestra vida, nuestro cuerpo lidia con estos factores día tras día. Tras eventos emocionales intensos, cambios laborales o fluctuaciones hormonales, todo explota. Y cuando todo explota, queremos mejorar de inmediato.

Sin embargo, el cambio no es un proceso de dos meses o incluso uno. Se trata de tomar conciencia y cambiar hábitos en todos los niveles. No es solo cuestión de seguir una dieta para resolver un problema específico. Claro, la alimentación es esencial (lo digo como nutricionista), pero no lo es todo. Incorporar hábitos, sudar con el ejercicio para eliminar toxinas, abordar el estreñimiento, mejorar la salud emocional (ya que las emociones afectan fuertemente el sistema inmunológico) y, por supuesto, cuidar lo que aplicamos en nuestra piel son pasos importantes en este viaje de transformación.

Nuestra piel, uno de los principales órganos depurativos, actúa como un maestro de la eliminación, pero para que funcione como un verdadero «eliminador», debe estar en condiciones adecuadas, y esto implica el uso de productos de alta calidad. No es necesario hacer todo de una vez, pero integrar gradualmente estos hábitos es crucial.

Cada pequeño cambio suma en calidad de vida y contribuye a una mejora a largo plazo.

La meta es alcanzar una remisión al cambiar nuestro estilo de vida. Esto significa que, aunque tengo predisposición a problemas de tiroides y piel, estos están en remisión. La clave no es dejar la medicación, sino alcanzar calidad de vida, sentir energía, tener un buen estado de ánimo.

Nuestra microbiota responde constantemente a los estímulos diarios, generando respuestas más o menos inflamatorias. Es vital comprender que no todo se reduce a lo que comemos o pensamos; todo cuenta.

Para cuidar nuestra salud, la clave radica en volver a lo básico, consumir alimentos de temporada, adoptar un enfoque minimalista, comprar y usar menos productos. Es una lección que todos deberíamos abrazar.

SECRETO CASERO PARA PIELES ATÓPICAS: BÁLSAMO DE CALÉNDULA

La caléndula, la planta amiga de la piel, especialmente para aquellas pieles atópicas o sensibles, resulta ser extraordinariamente suave. Esta fórmula está diseñada para eczemas, picaduras y pequeños inconvenientes.

Ingredientes:

  • Oleato de caléndula
  • Perlas de cera de abeja (opérculo o emulsionante)
  • Vaso de precipitado o bol de vidrio tipo pirex

Instrucciones:

  1. Mezcla 50 ml de oleato y 2,5-4 gr de cerca en el bol y colócalo a fuego medio en baño maría, asegurándote de que no hierva para conservar todos los nutrientes.
  2. Ten a mano un frasco de vidrio oscuro, limpio y desinfectado.
  3. Tras la mezcla, viértela en el frasco de vidrio y deja reposar durante un par de horas o en un día hasta que adquiera la textura deseada.

Consejos adicionales:

  • Para un toque antiséptico, añade un poco de oleato de salvia.
  • Si buscas algo más facial, ideal como aceite después de la limpieza facial, puedes incorporal oleato de Santorrina.
  • El hipérico es un excelente cicatrizante, útil para quemaduras, picaduras, después de extirpar una verruga o en caso de infección; mezclado con caléndula, es imbatible.
  • Para pieles más secas, la manteca de karité puede ser una adición reconfortable.

¡Con esta receta, tu piel recibirá un mimo natural y especializado!

COSMÉTICA, TÓXICOS Y PIEL

En el pasado, solíamos concebir la piel como un sistema bastante independiente, pero en la actualidad comprendemos su estrecha relación con nuestro sistema inmunológico. Asimismo, hemos identificado la presencia de una dermobiota, y cualquier desajuste en estos microorganismos puede desencadenar perturbaciones tanto en la piel como en la microbiota.

Tenemos datos científicos que confirman la existencia de microplásticos en las placentas humanas. Algunos de estos diminutos contaminantes provienen de productos cosméticos y de cuidado personal, según un estudio de Ragusa y colaboradores en 2020 (10.1016/j.envint.2020.106274). Además, el análisis de Zhu y su equipo en el mismo año reveló la presencia de microplásticos en todas las placentas examinadas (10.3390/ijerph191811593)

La conexión entre la presencia de microplásticos en la placenta y cambios en la microbiota ha sido destacada por Liu y otros investigadores en 2022. (10.1021/acs.est.2c04706) De manera intrigante, la evidencia emergente sugiere que estos microplásticos en la placenta humana pueden generar toxicidad en el feto, según lo señalado por Medley y colegas en 2023.

Es importante destacar que los microplásticos no solo impactan en la placenta, sino que también actúan como disruptores endocrinos, afectando el equilibrio hormonal y, por ende, repercutiendo en el cuerpo de diversas formas.

COMO LLEGAN ESTOS DISRUPTORES A NUESTRO CUERPO

  • Uso de productos para el cuidado personal
  • Consumo de alimentos y agua contaminada
  • Uso de fármacos y uso de dispositivos médicos
  • Uso cotidiano: latas de conservas, recipientes de plásticos, filtros solares, cosmética, productos de limpieza y pesticidas.

QUE PODEMOS HACER PARA REDUCIR LA EXPOSICIÓN A DISRUPTOES ENDOCRINOS

  • Cuidar mucho lo que compramos, lo que ingerimos y lo que ponemos en la piel
  • Comprar frutas y verduras ecológicos
  • No utilizar botellas de agua de un solo uso. Mejor beber agua filtrada.
  • Busca productos que digan “sin aftalatos, parabemos, BPA”
  • Evitar productos de cosmética perfumados
  • Usar productos de belleza ecológicos y en envases de cristal
  • Evitar los plásticos del microondas
  • Usar productos de limpieza naturales y ecológicos
  • No usa utensilios de cocina de plásticos
  • PROTECCIÓN SOLAR CON FILTRO FÍSICO.

Si te interesa la CONSULTA INDIVIDUAL contamos con un Equipo de Profesionales para ayudarte a tratar tus problemas de psoriasis, dermatitis, acné, hipotiroidismo, diagnósticos de SIBO, Candidiasis, H.Pylori y alteraciones sistémicas a consecuencia.

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Con amor,

Ale

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