En este blog encontrarás: 1. Introducción 2. ¿Qué puedo sentir y que pasa cuando tengo hipotiroidismo? 3. ¿Cuáles son las causas subyacentes del hipotiroidismo? 4. Hipotiroidismo, inflamación, anticuerpo y sistema inmunológico 5. Eje intestino-tiroides 6. Papel de las hormonas T3, T4 y TSH. ¿Cómo interpretar una analítica? 7. ¿Se puede curar un hipotiroidismo? |
La tiroides, ubicada en la parte superior de la tráquea y con forma de mariposa, es esencial para la producción de las hormonas tiroideas T4 (tiroxina) y T3 (triiodotironina). Aunque la T4 es la hormona principal secretada por la tiroides, debe convertirse en T3, la forma activa, mediante un proceso de desiodación.
Estas hormonas son vitales para el funcionamiento metabólico del cuerpo y afectan prácticamente todos los sistemas. La tiroides controla el crecimiento, metabolismo, desarrollo, sistema inmunológico, eliminación a través del intestino, hígado y riñón, función cardíaca, ciclo menstrual, formación ósea y otros procesos fundamentales.
Cuando hay desequilibrios en las hormonas tiroideas, se producen impactos a todos los niveles y sistemas del cuerpo. Esto puede manifestarse como hipotiroidismo, una acción insuficiente de las hormonas tiroideas, ya sea funcional o por causas autoinmunes como la Tiroiditis de Hashimoto; o como hipertiroidismo, una acción excesiva de las hormonas tiroideas, funcional o debido a condiciones autoinmunes como la Enfermedad de Graves.
Entender estos desequilibrios es clave para abordar y gestionar adecuadamente la salud tiroidea.
¿QUÉ PUEDO SENTIR Y QUÉ PASA CUANDO TENGO HIPOTIROIDISMO?
Cuando se experimenta hipotiroidismo, el cuerpo enfrenta un desafío considerable, ya que produce menos hormonas tiroideas de las necesarias para un funcionamiento óptimo. Estas hormonas desempeñan un papel vital en prácticamente todos los tejidos, actuando como el motor que impulsa diversas funciones.
El impacto del hipotiroidismo se manifiesta en diversos sistemas del cuerpo, dando lugar a un enlentecimiento general de las funciones vitales. Entre estos efectos, se observa:
- Disminución en la secreción de ácido estomacal, lo que contribuye a digestiones lentas y pesadas, así como menor vaciamiento gástrico e intestinal.
- A nivel cardiovascular se puede notar una tendencia hacia la hipotensión, bradicardia y mala circulación, manifestada especialmente en extremidades, generando sensación de cansancio e intolerancia al frío.
- En el sistema reproductor las hormonas tiroideas desempeñan un papel crucial en la ovulación y la reproducción. Su déficit puede inhibir estos procesos y contribuir a abortos espontáneos.
- Déficit inmunológico aumentando la propensión a infecciones recurrentes.
- A nivel osteoarticular, piel y mucosas, el hipotiroidismo puede manifestarse con una tendencia a la osteopenia, pérdida de masa ósea, así como afectar la piel y las mucosas, causando sequedad, caída del cabello y uñas frágiles.
- Además, el impacto en la regulación metabólica se traduce en un metabolismo lento, con una propensión a la ganancia de peso y retención de líquidos.
Estos son solo algunos de los desafíos que pueden surgir con el hipotiroidismo, subrayando la importancia de una comprensión integral y un enfoque personalizado para abordar esta condición.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS SUBYACENTES DEL HIPOTIROIDISMO?
La generación de hormonas tiroideas T3 (triiodotironina) y T4 (tiroxina) tiene lugar en la glándula tiroidea bajo la influencia de la TSH (tirotropina o hormona estimulante de la tiroides). Sin embargo, este proceso se origina «aguas arriba» y está fuertemente ligado a tu sistema nervioso, de manera similar a las hormonas ováricas.
El hipotálamo desempeña un papel crucial al dar la señal a la hipófisis para producir TSH, que a su vez estimula la tiroides para la producción de las hormonas tiroideas T3 y T4. La producción de estas hormonas está bajo el control constante de la hipófisis, que detecta las necesidades de T3 y T4, regulando así la secreción de TSH.
Adicionalmente, el hipotálamo regula la producción de TSH en respuesta a las demandas externas. Dado que el hipotálamo es una estructura cerebral, ajusta la producción de TSH según las necesidades energéticas requeridas para hacer frente al estrés al que el cuerpo puede estar expuesto. El impacto directo del estrés en el hipotálamo explica por qué las alteraciones tiroideas suelen manifestarse después de períodos significativos de estrés.
Aunque este proceso es complejo, comprenderás por qué el estrés puede desestabilizar las hormonas, incluida la tiroides.
HIPOTIROIDISMO, INFLAMACIÓN, ANTICUERPOS Y SISTEMA INMUNOLÓGICO
El origen del hipotiroidismo es multifactorial, involucrando la interacción compleja entre el sistema inmunológico, la inflamación y la producción de anticuerpos o autoinmunidad. La genética desempeña un papel crucial, y aquellos con antecedentes familiares de hipotiroidismo tienen una mayor predisposición. Es importante destacar que el hipotiroidismo afecta significativamente a las mujeres, con una incidencia ocho veces mayor que en los hombres.
Es esencial comprender que el diagnóstico de hipotiroidismo implica la presencia de inflamación sistémica que ha afectado la glándula tiroides.
Además, puede existir una disfunción inmunológica subyacente que contribuye al desarrollo del hipotiroidismo con base autoinmune. Este trastorno se manifiesta cuando hay una deficiencia en la producción de las hormonas tiroideas T3 y T4.
Cuando estos órganos están desequilibrados, se produce una activación deficiente de la hormona T3 y se genera inflamación sistémica. Esta inflamación no solo afecta directamente la salud de la glándula tiroides, sino que también puede desencadenar cambios en el sistema inmunológico, dando lugar a la producción de autoanticuerpos contra la tiroides.
La conexión entre la inflamación, la salud digestiva, el intestino, la microbiota y el hígado se revela como un factor común en pacientes con hipotiroidismo, independientemente de su naturaleza autoinmune. En nuestra práctica clínica, hemos observado que abordar y reducir la inflamación es esencial para mejorar la salud tiroidea, independientemente de la causa específica del hipotiroidismo.
EJE INTESTINO-TIROIDES
La microbiota intestinal, compuesta por diversos microorganismos como bacterias, hongos, levaduras, virus y parásitos, desempeña un papel esencial en la regulación de la homeostasis y la producción de células del sistema inmunitario en nuestro intestino. Esta compleja red de organismos tiene la capacidad de influir en la inflamación mediante la fermentación de la fibra dietética, generando ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como acetato, propionato y butirato. Estos AGCC desempeñan un papel antiinflamatorio tanto a nivel intestinal como sistémico.
Alteraciones en la composición de la microbiota, como la disbiosis, el sobrecrecimiento bacteriano que afecta la salud intestinal y la disminución en la producción de AGCC, pueden contribuir a la producción de células proinflamatorias, impactando así en la función tiroidea.
Estudios en individuos con Tiroiditis de Hashimoto, una condición autoinmune asociada con la mayoría de los casos de hipotiroidismo, indican que la disbiosis intestinal es común en estos pacientes. Específicamente, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) se relaciona estrechamente con la presencia de hipotiroidismo.
Otro aspecto crucial que explica la conexión entre el intestino, la microbiota y la tiroides es la activación de la hormona triyodotironina (T3). Aunque la tiroides produce más tiroxina (T4) que T3, esta última es la forma más activa. La conversión de T4 a T3 ocurre en el hígado y el intestino mediante diversas enzimas desyodasas. La salud de estos órganos es fundamental para mantener niveles adecuados de T3 en el cuerpo y, por lo tanto, asegurar un funcionamiento óptimo de la tiroides.
PAPEL DE LAS HORMONAS T3, T4 Y TSH. ¿CÓMO INTERPRETAR UNA ANALÍTICA?
Como sabes, la hormona tiroidea T3 es la verdaderamente activa y biológicamente útil, pero la tiroides produce principalmente T4, que debe someterse a procesos de activación en el hígado e intestino. En casos de hipotiroidismo, a menudo se receta hormona exógena, generalmente a base de T4, una forma inactiva.
Es fundamental entender que, aunque este tratamiento es necesario en la mayoría de los casos, su efectividad a largo plazo depende de abordar simultáneamente la mejora de hábitos, fortalecimiento de la microbiota, salud digestiva y desintoxicación hepática.
Es esencial destacar que, si el intestino, el hígado y la microbiota no están en óptimas condiciones, incluso con el tratamiento, es posible que no se alcance el bienestar completo, lo que podría requerir ajustes constantes en la dosis. Aunque esto no resta eficacia al tratamiento, subraya la importancia de trabajar en la mejora de los hábitos de vida.
En el monitoreo del hipotiroidismo, es común que los especialistas se centren en medir los niveles de TSH y T4 en sangre. Sin embargo, es más relevante prestar atención y monitorear los niveles de T3, y si es posible, también evaluar los niveles de T3 reversa y los anticuerpos antitiroideos (anti TG y anti TPO) para detectar posibles ataques inmunitarios a la glándula tiroides y la presencia de inflamación.
Es fundamental realizar un panel completo de tiroides, incluyendo TSH, hormonas T3 y T4 libres (esencial medir las formas libres), T3 reversa (si es posible) y anticuerpos antitiroideos. Este análisis debe correlacionarse siempre con los signos y síntomas del paciente, ya que algunos pacientes pueden presentar síntomas de hipotiroidismo a pesar de tener valores en rango. En estos casos, es crucial prestar atención a la «normalidad» de los valores, especialmente los de TSH y T3 libre, sin esperar a que alcancen extremos para tomar medidas, especialmente si se acompañan de sintomatología.
¿SE PUEDE CURAR UN HIPOTIROIDISMO?
Es común que muchos profesionales consideren el hipotiroidismo como una condición crónica, a menudo asociada con la necesidad de tomar levotiroxina de por vida.
Sin embargo, es importante destacar que aunque la remisión del hipotiroidismo es compleja, no es imposible. Existen numerosos casos en los que los pacientes han logrado mejorar su salud tiroidea, reducir la medicación y experimentar una mejoría continua.
Este proceso implica abordar las causas subyacentes que condujeron al desarrollo del hipotiroidismo, generalmente vinculadas a un estado inflamatorio crónico. Requiere tiempo, paciencia, consistencia y un acompañamiento adecuado, idealmente de un profesional de la salud integrativa o funcional.
Es fundamental comprender que el objetivo no debería ser simplemente dejar la medicación, sino alcanzar un estado de bienestar óptimo.
Solo cuando el organismo recupera su equilibrio y deja de percibir amenazas puede considerarse la posibilidad de reducir o suspender la medicación. La interrupción del tratamiento sin supervisión o cuando el organismo aún no ha alcanzado un estado saludable puede generar complicaciones adicionales. Por tanto, se recomienda realizar este proceso de manera consciente y bajo la guía de un profesional de la salud.
Solicita una cita con mi equipo para ayudarte a interpretar tus analíticas y enseñarte a cuidar tu tiroides. Estaremos encantados de ayudarte.
Con amor,
Ale